Curso III - Enseñanza 1: Vida Interior

Muchas veces se oye decir que hay que volver a la vida interior. Pero ¿qué es vida interior en realidad? ¿por qué hay que volver?
También se explica que el mal del hombre consiste en un vuelco continuo hacia lo exterior, que si buscase en lo interior hallará la solución de todos sus problemas. ¿En qué consiste esa búsqueda, y cómo realizarla?
Son muchas las almas ansiosas de vida interior; pero no saben qué hacer para alcanzarla y cuando miran hacia adentro, se encuentran desconcertadas y a oscuras.
Todos pueden llegar a la plenitud de la vida interior, pero hay almas y almas, estados y estados.
Algunos creen que la vida interior es pensar mucho, investigar sus problemas, volver continuamente sobre sí. Otros buscan la vida interior con un esfuerzo concentrado de la voluntad en la realización de sus propósitos. Es bueno pensar y meditar sobre las necesidades del alma, pero eso no es vida interior. Si vida interior no significa pensar o autoanalizarse, podría creerse que es la práctica continua de ejercicios de meditación u oración. Estos son actos del ser que ayudan, pero que no son vida interior.
Vida interior es una actitud vital, total, del individuo.
Vida interior es, principalmente, invertir el movimiento habitual del alma, no una acción dirigida hacia adentro, sino una elevación de los valores espirituales por sobre los valores humanos. Al hablar aquí de valorización de lo espiritual no se la entiende como una actitud mental, sino como un nuevo sentido dado a la existencia al ubicarla dentro de sus términos trascendentes.
Esto hace que se desplacen naturalmente los centros naturales de intereses hacia un objetivo único y divino y que las fuerzas del alma dejen de dispersarse en gastos inútiles para concentrarse en una acción única espiritual.
La vida interior no es entonces solamente un movimiento activo del alma, sino una disposición espiritual habitual que transforma los actos inconexos y desordenados del hombre en verdadera vida, en vida espiritual.
Cuando se dice que es necesario “volver” a la vida interior, causa la impresión de que ésta es un bien que se poseyó un día y que ya no es de uno. Si se dice que hay que volver es porque siempre hay en el alma un saber oscuro e indefinido de tener en sí, desde siempre, el bien que busca con tanto dolor, y que le dará la felicidad. Es como una conciencia profunda de ser, un saber que toda conquista sólo será un redescubrimiento. En ese saber está la seguridad infusa e inquebrantable de que se llegará al fin, que se cumplirá el destino eterno.
Para que la vida interior sea posible no es suficiente la fe en la vida espiritual o aceptar el pensamiento de que los valores humanos son vanos y pasajeros.
Indudablemente, una fe amplia aumenta las posibilidades del hombre; pero una cosa es el pensamiento aceptado por la gente y otra muy distinta la realidad viva del alma. La vida puede estar regida por tendencias completamente opuestas a las ideas que se cree tener. La tragedia del hombre consiste en que él es algo muy distinto de lo que cree ser y sus pensamientos e ideas están continuamente desvirtuados por sus actos y tendencias. Por eso el principal esfuerzo en la vida espiritual consiste en lograr una unidad entre mente y mente y entre mente y corazón.
No es entonces la perfección de la vida interior una concentración activa; en cambio consiste en una expansión anímica, en un acto simple del espíritu.
Vida interior es autoconciencia progresiva y expansiva. Es el nuevo mundo que el hombre tiene que descubrir y conquistar. Para eso es necesario que conozca los medios de que dispone para lograrlo.
Primero hay que saber qué es lo bueno; después hay que vivir de acuerdo a eso para transformarse al fin en el bien mismo.
Vivir centrado en sí, no fuera de sí o dentro de sí. El pensamiento que se vuelca personalmente sobre sí, aleja al ser de su centro divino. Sólo la Renuncia fija al alma en la vida interior pura y simple.
Cuando sólo lo espiritual cuenta, lo humano se ubica y la vida ilusoria se hace vida, vida interior.
Sólo la vida interior da la experiencia de la Enseñanza y los misterios divinos.
Todos los problemas pierden importancia para quedar vivos sólo los problemas fundamentales.
Desde un punto de vista místico, el grado de vida interior está dado por la profundidad del recogimiento adquirido o, también, por la claridad habitual del control y autoconciencia.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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