Curso XII - Enseñanza 15: Tiempo Dimensional y Tiempo Expansivo

Renunciar es vivir.
Renunciar es trascender el tiempo dimensional para permanecer expansivamente en el tiempo en sí.
Desde luego esta afirmación no tiene sentido sino a través de la vivencia de la misma. Para el Hijo el sentido del tiempo es el instante presente que abarca el pasado y el futuro, según la intensidad expansivo dinámica del mismo Hijo.
El tiempo dimensional traza una trayectoria positivamente real que empieza y termina; el alma identificada con el tiempo dimensional, empieza y termina; pero si el alma, por el acto voluntario de la Renuncia permanece en sí, no va ni viene, no empieza ni termina; es en sí; no está identificada con el tiempo dimensional; es el tiempo en sí.
La Renuncia libera al alma del tiempo dimensional intelectualmente. Enseguida que el alma comprende lo ilusorio de todas las cosas, su actitud mental cambia el recorrido unilateral de sus ondas mentales; sencillamente cambia de modo de pensar, no se identifica continuamente con sus pensamientos que son para el alma los rieles por donde corre el tiempo dimensional.
La Renuncia libera al alma del tiempo dimensional sensiblemente.
Las almas emplean la mayoría de su tiempo en atender a sus necesidades vegetativas, instintivas y racionales; a esto le llaman ser libres, conocerse mejor, hacer lo que les place o no.
Esto no es más que hacerse esclavos del tiempo dimensional determinado por la tiranía de las muchas personalidades de que está dotada el alma. Por la Renuncia el alma se libera de sus voluntades que la tienen continuamente ocupada en recorrer los múltiples caminos secundarios por ellas trazados.
Por la Renuncia la mente vegetativa, sensitiva, racional, cumple su cometido automáticamente, no puede ya interferir en la mente superior.
Por la Renuncia la mente queda en sí concentrada, egoentemente, fuera del tiempo dimensional, en la posesión del tiempo en sí. No cambia su sentir, sino su sentir único se expande cada vez más, continuamente.
La Renuncia libera al alma del tiempo dimensional finalmente por la permanencia del alma en el éxtasis del tiempo en sí, Unión Substancial con la Divina Madre.
La Renuncia en sí la logran los Hijos por la ascética mística de la Renuncia a través de los votos, la Enseñanza y el cumplimiento del Reglamento y las normas establecidas.
El primer acto ascético de Renuncia que realiza el Hijo es el juramento y el voto de Renuncia que lo limita dentro del Radio de Estabilidad de su Tabla, y de su alma. La primera Enseñanza que recibe es la de callar y escuchar la voz de los Maestros que lo detienen y mantienen firme en una actitud expectante. La primera norma que le es dada es un método de vida diario que lo ata al tiempo. En este sentido en este primer acto ascético, atarse al tiempo para liberarse del tiempo está el secreto del éxito en el Camino Ascético Místico de la Renuncia.
Se vence al tiempo dimensional identificándose con él, no dependientemente, sino transformándolo en sí. Absorbiendo al tiempo se borran las líneas, muy tensas, o muy flojas, de la dimensión, y por intensidad de vivencia el instante fugaz se transmuta en la hora eterna; el tiempo dimensional se transfigura en el tiempo expansivo, inconmensurable.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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