Cuando se habla de Teología, por lo general, los hombres piensan de inmediato en iglesia, en religión y más de una vez se escuchan comentarios que, evidente fruto de la ignorancia, rodean esa palabra y lo que ella significa con un nimbo de algo un tanto remoto y oscuro; como algo alejado de la vida humana; reducto exclusivo de un grupo de seres, los “teólogos”, cuyas actividades aparecen a la vista de los hombres como algo un tanto incomprensible.
La Teología es una ciencia eminentemente racional que intenta conocer a Dios.
En la realización de este intento le quedan al hombre dos posibilidades.
La primera es discurrir sobre Dios y conocerlo exclusivamente mediante el empleo de la razón pura.
El pensamiento humano adopta muchas formas y aspectos, aún en el campo trascendental. Mas hay formas y normas similares en todas ellas, como por ejemplo la cuestión de si la teología es una ciencia necesaria y existente realmente.
Siendo la Teología una actividad esencialmente racional tiene que tener como ciencia por excelencia que es, bases de donde partir, donde apoyarse y métodos característicos en concordancia con sus objetivos.
Los postulados fundamentales de la Teología basados sobre los conceptos de la Revelación y sobre los cuales eleva su magnífica estructura racional son los siguientes:
La Teología es la Única Verdad.
Para conocer una cosa, un objeto, una disciplina, se comienza siempre por conocer sus cualidades o propiedades.
Véase, pues, cuales son las propiedades de la Teología.
Estas propiedades son esencialmente de dos aspectos: las absolutas, privativas, que convienen a la teología en sí misma; y las relativas que la complementan y competen en especial con respecto a las ciencias humanas en general.
A medida que iba surgiendo el hombre Ario fue perdiendo la Humanidad el conocimiento “clare visa” de Dios que había sido patrimonio de la raza Atlante.
Los hombres Atlantes poseyeron, gracias a las características típicas de su raza, la visión directa de Dios y en consecuencia el concepto de la Unidad Absoluta de Dios.
El Dogma es una Verdad Divina indiscutible a la que se presta acatamiento por hábito de fe.
El Dogma puede ser una Verdad formal explícita, como puede ser también una verdad virtual implícita.
La idea del Absoluto, de Dios, subyace en toda mente humana.
Sin embargo, a través de los tiempos y aún paralelamente, la Humanidad ha enfocado desde muy diversos puntos de vista su posición frente a ese Absoluto.
Entre los sistemas que siguen en líneas generales el pensamiento de la teología de la existencia, cabe destacar principalmente el Vedanta en Oriente, mientras que en Occidente ha reaparecido también hace años, centralizándose especialmente ahora en el llamado existencialismo de J.