La Renuncia es una, es Unión Substancial. Este grandioso fin, que el alma aspira encontrar como meta de sus esfuerzos es una cumbre que hay que escalar sólo simbólicamente, pues la Unión empieza a hacerse evidente en el alma desde el momento que su deseo de perfección le hace poner el pie en el Sendero.
El hombre vive inconscientemente centralizado sobre su yo personal.
La facultad de razonar, característica del hombre ario, crea en él la ilusión de un mundo mental propio que considera distinto del de los demás.
El campo vibratorio emanante del lugar donde las almas se circunscriben para la realización de la Integralidad de la Gran Obra determina el Radio de Estabilidad.
El Radio de Estabilidad es la imagen y figura material de OM HES.
La renuncia que el Hijo hace a su movilidad física, mental y emocional, que lo lleva a la clausura mística del alma y ofrenda de su vida hacen que se sublimen y fortalezcan sus valores interiores.
El objetivo del camino espiritual del Hijo es la participación a la Gran Obra, a través de cuya tarea se logra la Unión Substancial.
Participar significa tener parte de una cosa o tocarle algo de ella.
La participación del Hijo a la labor redentora de la Encarnación Divina para la salvación de los seres y del ser es indispensable e indiscutible.
Pero para que esta redención potencial de la Divina Encarnación sea efectiva, tiene que ser actualizada en cada ser; para ello ha de transformarse y hacerse efectiva en él la Divina Encarnación.
Los esfuerzos que hace el Hijo para alcanzar las últimas verdades y lograr la visión real de la Divina Madre, sólo le permiten realizar nuevas ideaciones sobre la divinidad, pero no ser la divinidad.
El Hombre que vive en la agitación y el torbellino del mundo sólo puede depositar en su alma las manifestaciones de un amor incompleto e imperfecto.
La realización del verdadero amor exige canalizarse a través del silencio.
El camino de los Hijos de Cafh es de renuncia, es de ofrenda, es de amor.
Es de renuncia porque participa de la ley fundamental con que Cafh desenvuelve la vocación espiritual.
Se define habitualmente la fidelidad como lealtad, como observancia de la fe que uno debe a otro; se la explica asimismo como puntualidad, exactitud en la ejecución de una cosa.