Ideas y obras nuevas se preparan para el mundo. Si la raza del cristiano signo del Pescado ha desarrollado en alto grado los estados de colectividad, los grandes movimientos y organizaciones en masa, la sexta subraza desenvolverá de un modo especial la egoencia del ser.
Cuando un hombre decide emprender algo nuevo para él, queda implícitamente establecido por las leyes de la lógica que es indispensable empezar por el punto de partida comúnmente fijado para lograr el objeto.
“El Espíritu es fuerte, mas la carne es flaca”.
Muchos desearían salir de las vulgaridades y miserias de la vida; pero la falta de ejercicios espirituales, la carencia de ambiente y los enemigos internos interrumpen continuamente el camino del mejor intencionado.
Con tolerable aproximación podemos representar el pensamiento como el fluir de una corriente de agua que continuamente baja de desconocidas montañas (lo instintivo, lo racional), se plasma en el curso de antemano trazado, para desembocar finalmente en la inmensidad del mar de la materia.
Si el principiante quiere adelantar rápidamente ha de habituarse a reservar sus energías físicas, intelectuales y morales.
Aquello de que “trabajar es orar” es verdad, si se entiende por trabajar una perfecta autoconciencia del ser de todos sus actos, hasta de los más insignificantes.
Metodícense las vidas, los años, los días.
Mírese la magnificencia de la bóveda celeste, cómo matemáticamente recorren sus órbitas los sistemas solares y los astros, las vueltas de los años cósmicos y los días humanos.
Como centinela, siempre vigilante, ha de ser el discípulo, porque en cualquier momento puede sonar la hora en la cual se lo llama a la Labor.
Los Maestros que dirigen los destinos del mundo lo llamarán a trabajar en cuanto esté el candidato bastante preparado para participar en la misma.
Si el ser renunciara, no a las cosas que él cree perjudiciales para su bienestar, sino por amor a la libertad, alcanzaría en vida una felicidad inenarrable, una serenidad a toda prueba, un estado de éxtasis natural indescriptible.
A pesar de todo lo que se ha dicho y escrito sobre el Valor, el miedo no ha dejado por eso de reinar en el mundo.
Desde el temor ancestral que resume en sí todos los espasmos y luchas para la defensa personal, hasta el temor sutilmente disfrazado con el nombre de defensa personal, el miedo no ha dejado de tener en un puño el corazón de los hombres.
La memoria es el recuerdo vago o claro de las cosas pasadas, es la fijación mental de las cosas presentes y es la imaginación evidente del futuro.
Estos tres tiempos de la memoria son indispensables para que ella pueda, con propiedad, ser llamada así.