Hay almas que ponen un empeño particular en la práctica de sus ejercicios de meditación y, sin embargo, no obtienen resultados evidentes de este esfuerzo. Sucede que saben meditar bien, pero sólo eso.
Los diversos ejercicios de meditación que se enseñan en la ascética de la vida espiritual adquieren o pierden importancia según la ubicación del Hijo ante esa vida espiritual.
El Hijo medita regular y metódicamente.