Durante la época atlante hubieron dos grandes períodos glaciales; a éstos siguieron otros menores, que duraban un año saturniano (30 años). Esto era una reacción lógica a períodos de gran calor terrestre.
Los lemures, si bien vivían intuitivamente y semiapartados de sus cuerpos físicos, tenían una vida material puramente instintiva.
El cerebro humano era una masa divina puesta a disposición del hombre, sobre la cual debía ir grabando poco a poco.