Lo Inmanifestado no admite ni definición ni negación; porque negándolo o afirmándolo, se establecería un principio diferencial, aún en su aspecto Absoluto, cosa que no puede ser.
El ser más puro y angelical puede atreverse a considerar la unidad indisoluble de la Manifestación Divina; y aún la totalidad indestructible del Espíritu Universal y aún el Principio Fundamental del Universo, pero no lo Inmanifestado.