“El Espíritu es fuerte, mas la carne es flaca”.
Muchos desearían salir de las vulgaridades y miserias de la vida; pero la falta de ejercicios espirituales, la carencia de ambiente y los enemigos internos interrumpen continuamente el camino del mejor intencionado.
Como centinela, siempre vigilante, ha de ser el discípulo, porque en cualquier momento puede sonar la hora en la cual se lo llama a la Labor.
Los Maestros que dirigen los destinos del mundo lo llamarán a trabajar en cuanto esté el candidato bastante preparado para participar en la misma.
Todas las expresiones de dolor enumeradas hasta ahora y enaltecidas por el Sacrificio de aspecto tan sutil, sea en su manifestación interna, sea en la externa, nada quitan a la consideración de los sufrimientos y de los sacrificios más groseros y materiales.
El alma logra la suprema realización por etapas.
Estas no están señaladas por factores externos, sino determinadas por transformaciones íntimas y profundas que marcan el adelanto de los Hijos.
Sin embargo, Cafh divide a sus Hijos en diversas Categorías y Grupos, procurando armonizar y adaptar la transformación exterior y visible con los progresos internos.