Renunciar es vencer el tiempo dimensional para vivir un tiempo expansivo, inmenso, eterno. Pero estas palabras suenan muy vacías, muy teatrales, si no se procura vivirlas, captarlas interiormente, hacer del sentido del tiempo una realidad de eternidad.
Cuando el Apóstol San Pablo dice: “Todos seremos transformados”, y Cristo dice a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”, enseñan que sobre la piedra de nuestro ser, tal cual es, con sus errores y su pasado, quiere Dios edificar su Templo.