La contemplación divina es el destino de todos los hombres.
Como no se comprende la contemplación, se opone la vida en el mundo a la vida contemplativa. Dos cosas que se oponen no pueden ser reales en sí.
El ejercicio de la meditación es un movimiento organizado de la mente para producir determinados efectos en el alma.
En los temas amorosos e iluminativos lleva a una exaltación del sentimiento, a experiencias sensibles hasta entonces desconocidas.
La Renuncia conduce naturalmente a la contemplación. La Renuncia en sí no se puede definir. Entre el estado perfecto y el estado ascético hay un vacío que tiene que llenar la Renuncia continua del alma.