La escuela esotérica que, por darle un nombre, podría llamarse politeísta tuvo su máxima expresión en Egipto. Eventualmente decayó y sus templos fueron completamente sepultados bajo las arenas.
Los mahometanos se encargaron de impedir que se buscaran y sólo recientemente, no hace siglo y medio todavía, se ha empezado a desenterrar templos y sepulcros y a descifrar inscripciones, las que son todas exotéricas.
En las islas Egeas crecía un pueblo bárbaro, descendiente de los Arios puros, que había de ser el brote de la subraza Celta y fundador de Grecia.
Parece que el destino dejara en la más profunda obscuridad y abandono a los pueblos que habían de ser fundadores de grandes razas y de dinastías gloriosas.