Si un hombre ha comprendido los problemas insolubles del mundo moderno y quiere sobrevivir tendrá que convertir su alma en un bunker inexpugnable, férreo, sin concesiones. Demasiado tiempo hemos vivido con un modelo espiritual débil, sentimentalista, tipo Jesús de Nazaret de Zeffirelli, más apropiado para beatas desocupadas que el que se necesita en esta época de horrores.