Una Mujer vestida de oro, cabalgando sobre un Dragón, coronada de estrellas, se mostró al Peregrino.
Le mostró una fuente y lo sumergió en ella.
Y el Peregrino supo, después de salir del agua, que Ella era Beatrix, y que le había revelado el secreto de todas las cosas, que es el Velo de Aeia.