Cuando un hombre decide emprender algo nuevo para él, queda implícitamente establecido por las leyes de la lógica que es indispensable empezar por el punto de partida comúnmente fijado para lograr el objeto.
El movimiento universal oscila continuamente entre una fuerza que impulsa a la creación y a la actividad, y otra que atrae a la aniquilación y al relajamiento.
Estos dos grandes movimientos cósmicos son: Conciencia y Voluntad.