En los planos superiores las almas gozan de una límpida y libre atmósfera espiritual. Nada penetra hasta estas elevadísimas regiones donde los seres brillan como rutilantes estrellas.
Pero, cuando los seres de mayor adelanto espiritual han agotado el caudal espiritual que los hizo morar en el primer plano del mundo Astral, un vago deseo de acción empieza a detener el rodar maravilloso de sus luces.