La razón natural, por sí, poco puede investigar sobre los Misterios Divinos.
El hombre tiene de Dios un conocimiento nominal, pero su razón, a través del deseo constante y ardiente de investigar sobre la naturaleza de Dios, puede tener, dentro de su campo magnético mental, un conocimiento confuso.
Lo Inmanifestado no admite ni definición ni negación; porque negándolo o afirmándolo, se establecería un principio diferencial, aún en su aspecto Absoluto, cosa que no puede ser.
El ser más puro y angelical puede atreverse a considerar la unidad indisoluble de la Manifestación Divina; y aún la totalidad indestructible del Espíritu Universal y aún el Principio Fundamental del Universo, pero no lo Inmanifestado.
La Manifestación Divina es el Principio Absoluto del Universo. Es llamado comúnmente Dios o HES.
Dios es su propia esencia y existencia y Él sólo se conoce a Sí mismo.
Es necesario creer en un Dios personal, Contrariedad Analógica de lo Impersonal.
Desde luego, no se puede probar a priori la existencia de Dios, pues sólo se tiene de Dios un conocimiento nominal.
Los Maestros de Teología han dividido el concepto de la Creación en dos grandes teorías, pues unos enseñan que el Universo Creado coexiste con Dios y es eterno como Dios; y otros enseñan que el Universo fue creado por Dios, no desde la Eternidad, sino in tempus, dentro del tiempo.
Dios, en su Manifestación, es un principio Absoluto, Eterno, Incognoscible. Al intentar explicar la Trinidad Divina, no se discurre sobre el cómo, ni cuándo, ni por qué se efectúa la diferenciación y lo Inmanifestado es Manifestado.
Dios, en Sí, es causa sin causa, Incognoscible.
Dios, como Creador, es la Divina Trinidad, no cognoscible en sus causas, pero accesible en sus efectos.
Dios Creador posee la Idea Única y en su Divina Inteligencia preexiste el conocimiento de la finalidad de la Creación Universal.
Desde que los sabios de Hes comprendieron la inmensidad y grandeza de la Creación y la maravillosa analogía entre el Macrocosmos y el Microcosmos, entre Dios y el hombre y vieron que la finalidad del hombre es acercarse a Dios, comprendieron también la necesidad de hacer que la potencia interior del alma se manifestara a lo exterior con todos sus atributos para que fuera un medio para la divinización del hombre.
La mente imperfecta del hombre necesita una Revelación que le sea dada por una mente superior que lo afirme en la verdad revelada para conocer las leyes divinas, ya que él no tiene bastantes medios intrínsecos a su alcance para conocerla claramente.
Los Iniciados Solares de la Primera Categoría son aquéllos que transmiten la Revelación de la Idea Madre de toda la Raza.
Ella fue transmitida en los albores de la Raza Aria.