Se debe recordar que el fin del ejercicio de la meditación afectiva del tipo estimulante es el de provocar en el alma una verdadera conmoción similar al sacudón de cabeza que el hombre amodorrado se da a sí mismo, para despejarse rápidamente.
Se debe tener bien presente la diferencia entre placer y gozo espiritual.
El placer es cosa de la carne y por lo tanto fugaz y perecedero como ella. Muchos hombres creen que el placer es un premio de Dios y que el dolor es Su castigo, sin darse cuenta que ambos no son más que consecuencias de la satisfacción o privación de un apetito sensual propio de su naturaleza humana.
Tema: La Resurrección de Hes. Efectos: Arrobamiento.
Un atardecer, una alborada, la visión del tranquilo valle desde la cima de una montaña, los rayos lunares sobre las innúmeras ondas del mar, la sonrisa pura de un niño, en fin, la belleza toda del mundo penetra y vulnera las fronteras limitadoras del ser libertando su alma que, aunque fugazmente, tiene un vislumbre maravilloso de su identidad con todo lo creado.
Por su libre albedrío un hombre que busque a Dios puede convertirse en una máquina movida automáticamente por el aparente propósito de conseguir ese fin. Bastará para eso que permita que la rutina supla al impulso de su amor primero, aquél que lo llevará un día a realizar el sacramento de su primer Voto.
En el modo de vivir de los hombres de hoy todo está preparado para vivir exteriorizándose, derrochando energías.
La inmensa mayoría de los hombres no tienen ni siguen ninguna norma de vida, sino que improvisan los actos de su existir acuciados compulsivamente por la necesidad de satisfacer los deseos que los angustian.