Los pueblos de la India desde los albores de su civilización fueron impulsados a la práctica del misticismo.
Desde los primitivos discípulos de los Grandes Iniciados de la nueva raza hasta los moradores misteriosos de los Himalayas se fueron formando una infinidad de hombres que dedicaron toda su vida al estudio y a la práctica de las cosas divinas y extáticas, dejando para la posteridad ejemplos, escritos y documentos, que fueron la base de todas las escuelas ascéticas hasta los días presentes.