Curso XXXVII - Enseñanza 10: La Laringe

La región laríngea corresponde a la Rueda Laríngea. Tiene una gran cantidad de centros secundarios que sería difícil enumerar, pero pueden conocerse los de mayor valor.
Las cuerdas vocales superiores tienen cuatro centros: dos de éstos intervienen en el funcionamiento de la epiglotis, para abrirla y cerrarla correctamente. Los otros dos centros regulan la secreción de las glándulas salivales.
Cuando estos centros están muy desarrollados por ciertos ejercicios y práctica constante de la Meditación, hacen que aquellas glándulas secreten substancias de gusto delicioso. Cuando funcionan deficientemente, producen saliva de gusto amargo y desagradable.
Los budistas dicen a alguien que esté con la boca abierta, maravillado: “Cierra la boca, para que no se introduzca en ella algún mal espíritu, porque éstos tienen mal gusto”. Se supone que este acto de asombro impide el buen funcionamiento de estos centros.
Las cuerdas vocales inferiores tienen 23 centros; cada uno de ellos produce una diferente gama vibratoria vocal. En el hombre trabajan siete de aquéllos, pues si todos funcionaran, tendría gran facilidad para hablar todos los idiomas y emitir todos los sonidos de la Naturaleza.
Se ha observado, a través de las auras de los cantantes célebres, que llegan a funcionar hasta catorce de estos centros.
La laringe tiene seis centros importantes, con la propiedad de actuar abriéndola, por intermedio de sus músculos, ayudando a expeler los gases que vienen del pulmón.
De ellos, dos controlan y purifican de ciertos gases el aire inspirado por la boca; otros dos hacen lo mismo con el inspirado por la nariz y los dos restantes son guardianes de los gases que pudieran entrar de otra forma.
En la región infraglótica hay un centro de suma importancia que recibe una vibración aérea astral que por allí penetra. Cuando este centro se encuentra altamente desarrollado, se pueden oír los sonidos astrales.
El esófago posee tres centros ubicados en cada uno de los tres estrechamientos fisiológicos. El primero, en el estrechamiento cervical, controla el calor de los alimentos; el segundo, situado en el estrechamiento aórtico, controla la calidad en el sentido que, por la variación de aquélla, origina náuseas; este centro, en las personas en prolongado ayuno, secreta una mucosidad blanquísima y de valor alimenticio, llamado en Mística “Maná” o “Pan del Cielo”; el tercer centro, situado en el estrechamiento diafragmático, controla el volumen, produciendo náuseas y malestar; es una reliquia, producida por la evolución del centro animal del primer estómago.
Todos estos centros están relacionados con la glándula tiroides, donde se halla el centro principal. En la membrana de envoltura de esta glándula se hallan otros centros secundarios, en número de quince, relacionados sobre todo, con el calor del organismo. Algunos, probablemente la mitad, dirigen el metabolismo y producción de yodo en el cuerpo. Uno de estos centros está en contacto con los átomos X2, los que proporcionan el alma del yodo. Aquél funciona únicamente cuando el organismo no está recargado con substancias grasas de toda índole, principalmente los estéridos. Si este centro funcionara correctamente, nunca se padecería de cáncer.
Las paratiroides tienen, cada una, tres centros secundarios; uno influye en el nacimiento y metabolismo del calcio de la economía; otro, en el nacimiento y metabolismo del fósforo y el tercero, en el nacimiento y metabolismo de un alcohol etéreo que determina la longevidad del sujeto.
Estos centros son iguales en ambas paratiroides, mas, para que funcionen eficientemente, es necesario que los dos grupos lo hagan con el mismo ritmo. Tienen una relación estrecha con los centros sexuales, funcionando perfectamente, lo que no sucede aún en el hombre normal contemporáneo, la testosterona y la foliculina se encontrarían en igual proporción en cada ser humano.
En los hombres actuales, los grupos derecho e izquierdo de estos centros trabajan alternativamente, tomando preponderancia el uno sobre el otro, hasta invertir esta situación cada siete años.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

Relacionado