Curso XXVI - Enseñanza 5: Amón en las Escuelas Helénicas

La escuela esotérica que, por darle un nombre, podría llamarse politeísta tuvo su máxima expresión en Egipto. Eventualmente decayó y sus templos fueron completamente sepultados bajo las arenas.
Los mahometanos se encargaron de impedir que se buscaran y sólo recientemente, no hace siglo y medio todavía, se ha empezado a desenterrar templos y sepulcros y a descifrar inscripciones, las que son todas exotéricas. Las esotéricas fueron destruidas, principalmente cuando la desaparición de la Biblioteca de Alejandría.
Empero no desapareció del haz de la tierra completamente su inmenso conocimiento sino que, bajo diversas formas y en distintos lugares -casi siempre en contraposición con otras formas de monoteísmo-, ha florecido hasta el día de hoy.
Lo que de todo ello se conserva ha sido legado a la Humanidad, en primer término, a través de las Escuelas Helénicas.
Cuando la forzada expatriación de los sacerdotes de Amón hizo que tuvieran que refugiarse en Grecia, habitaban este país seres muy primitivos, dedicados sobre todo a suplir sus necesidades primordiales.
Poco tiempo estuvieron allí los sacerdotes de Amón, pero fue el suficiente para dejar una semilla.
Al regresar los sacerdotes de Amón a Egipto fueron, a su vez, expulsados los de Atón (monoteístas), y éstos también se refugiaron en Grecia.
Se puede estudiar, entonces, en Grecia y a través de siglos, la influencia de ambos.
Las dos grandiosas concepciones tuvieron derivaciones filosóficas muy importantes: de la politeísta derivaría la doctrina de la gracia. De la de Atón la del libre albedrío.
Si suponemos que todo es ilusión, que no es otra cosa que reflejo, emanación de la Divinidad Inmanifestada, claro está que cualquier cosa -un hombre, su mente, su alma- no son más que un reflejo, dependiente en absoluto de lo que no se manifiesta. Nada se podrá hacer por un alma para cambiar su destino, sea santo o delincuente, sabio o necio. Llevada ésta concepción al extremo conduce al fatalismo: el ser no es libre sino como Dios, en su totalidad.
Los que creen en el libre albedrío podrán sostener, sin embargo: si el hombre es divino, si tiene alguna partícula de divinidad, forzosamente podrá, hasta cierto punto, determinarse.
Las características de las Escuelas Iniciáticas griegas fueron muy distintas de las egipcias. Se tratarán a continuación las que siguieron la corriente de Amón, con exclusión de la tendencia monoteísta.
En primer lugar se nota una dispersión, tanto en los fines como en las formas, con relación a las egipcias.
El sacerdote egipcio estudiaba toda la ciencia, todos los aspectos de la sabiduría. Los griegos, en cambio, estimaban que toda una vida no alcanza para abarcarlas íntegramente.
El Templo egipcio era uno, inmenso; el griego, en cambio, si bien era completo como centro de cultura religiosa, filosófica y pedagógica, se dedicaba a una sola rama.
Esto se debía en primer lugar a la constitución física de los individuos: los egipcios eran sorprendentemente robustos, resistentes y flexibles, condiciones notablemente acrecentadas por las drogas y la cirugía. Eran también moderados en el apetito sexual, sobre todo entre los sacerdotes. Los griegos, en cambio, si bien hermosos, eran poco resistentes; pocos de ellos hubieran podido soportar el plan egipcio.
Egipto era un reino muy unido al faraón; Grecia se componía de una infinidad de pequeños reinos y ciudades. Todo en ella se dividía.
El primer problema que se les planteó a los griegos fue el del sexo. En muchos templos se estudió consecuentemente, de manera primordial, en lo referente a los célibes, la transmutación. Estas enseñanzas fracasaron porque el griego, lujurioso, reflexionó así: “Si a los actos materiales naturales los elevamos, ofreciéndolos a la Divinidad, los hacemos también divinos”.
Estaba bien esto, hasta cierto punto. Pero no se tardó en cometer abusos y nada menos que con el pretexto de divinizar actos antinaturales.
Muchos de estos seres desarrollaron su inteligencia en forma notable y han vuelto, repetidas veces, al mundo físico. Pero hombres inteligentes y capaces han fracasado por atarse a algún vicio (juego, bebidas, mujeres), y no lograrán descollar hasta que puedan vencer esas facetas.
En segundo término se estudiaba la magia y los poderes psíquicos.
Conviene señalar que el griego, en lo que se refiere al amor a la forma, tenía necesidades muy distintas a las de los egipcios. Para él el acto sexual tenía un significado doble; muy pocos pasaban del primer grado.
En cuanto al segundo grado no existen mayores noticias.
Los que llegaron al tercer grado, filosófico, callaron.
Muchas obras de los filósofos griegos han llegado hasta la actualidad, sin embargo. Las de Platón y sus continuadores reflejaban la tendencia de Amón y de la gracia; las de Aristóteles y los suyos, las de Atón y el libre albedrío.
La influencia de Platón decayó durante varios siglos, pero revivió con Jámblico y Plotino. Esta doctrina de la gracia influyó mucho sobre la iglesia cristiana, especialmente a través de San Agustín. Esta Iglesia habría de ser, naturalmente, monoteísta. Sin embargo, en el siglo XIII, con Santo Tomás de Aquino, se afirmó notablemente en ella la doctrina aristotélica.
Muerta Cleopatra quedaron, no obstante, algunos tesoros religiosos de la gloria del Templo de Amón. Pero no cayeron en manos de los conquistadores romanos sino que fueron llevados, con el mayor sigilo, a un casi inaccesible lugar en medio del desierto africano, rodeado de altas montañas. Fueron conducidos por fieles discípulos, cuyos descendientes los han guardado hasta hoy. Éstos siempre han defendido exitosamente su tesoro; ni siquiera los mahometanos lo pudieron descubrir.
En Oriente no se borró el recuerdo de Amón. Julia Domna, hija de un sacerdote del Fuego de Emesa, Siria, casóse con el emperador romano Septimio Severo y en su corte se rodeó de un grupo selecto de seres, cuyas obras aún hoy se recuerdan.
Recién en el Renacimiento volvió a estudiarse Platón, destacándose en ello los sabios florentinos del siglo XV.
Las Escuelas Esotéricas del conocimiento y del amor continuamente luchan entre sí y continuamente se funden la una con la otra y se buscan, porque a través de las luchas, estas dos fuerzas tendrán que reunirse, terminado el tiempo de piscis, para formar una única expresión de la Divinidad.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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