Curso VIII - Enseñanza 15: Atributos, Hábitos y Festividades de Cafh
Desde los tiempos inmemoriales se han usado en las Órdenes esotéricas atributos y hábitos. También Cafh tiene los suyos.
El atributo tiene un valor simbólico y otro real. Su valor simbólico reside en la idea que representa; recuerda continuamente al alma aspectos de la divinidad que ella anhela realizar. Su valor real está en el magnetismo de que ha sido impregnado, el cual lo convierte en una fuente de bienestar para su portador.
El uso de los atributos tiene su importancia. En primer término, al colocarse el atributo, el Hijo establece una separación entre el ambiente mental del cual procede y el ambiente espiritual al que penetra en ese momento. Además, solemniza la reunión y recuerda permanentemente al Hijo que está viviendo esos momentos de trascendencia para su alma y no de distracción mundana.
Los atributos que prescribe el Reglamento para las diversas categorías de Hijos, son: el collar; la espada, el caballo, el anillo, la lámpara y la cruz.
El collar, compuesto de 49 eslabones y una medalla de plata, simboliza los 49 centros de fuerza que, iluminados, muestran la gloria del Iniciado. Son los 49 centros primordiales que actualizan la energía cósmica en el hombre, haciéndolo apto para la realización. La medalla lleva inscripto el nombre espiritual del Hijo, nombre que, pronunciado de un determinado modo, produce una vibración que hace sintonizar estados superiores.
La espada de acero simboliza el esfuerzo individual, la voluntad puesta al servicio del perfeccionamiento del alma. Es el atributo más personal, pues su magnetización es fruto de las conquistas psíquicas y espirituales del Hijo; y es de doble filo porque corta sin contemplaciones las ataduras, inclinaciones y recuerdos, a la vez que abre brechas en los mundos superiores.
La cabeza del caballo simboliza el caballo, o el dominio del alma sobre el cuerpo.
El atributo más importante está indudablemente representado por el anillo. La corona es signo de distinción propio del linaje espiritual al que pertenece el Caballero y el signo de Ank, que ostenta, simboliza el lazo de unión entre lo divino y lo humano, que sugiere al alma la búsqueda del equilibrio entre la materia y el Espíritu. El brillante representa el sol del espíritu y es, en el anillo, el acumulador de magnetismo que irradia armónicamente a través de las ocho fases de la corona.
La lámpara es atributo del Ordenado. Su llama, siempre encendida, sugiere al alma la necesidad de velar permanentemente, de tener encendido el fuego que es elemento de purificación; simboliza la mente en constante estado de oración y recogimiento.
La cruz iniciática del Caballero Gran Maestre y de los Caballeros Maestres, es símbolo de poder espiritual orientado hacia la suprema realización.
El uso del hábito es, asimismo, de importancia espiritual. Al ponerse el hábito el Hijo deja fuera el hombre material para dar preponderancia a su alma. Juntamente con el atributo, el hábito separa actitudes y disposiciones mentales facilitando una mejor labor espiritual. Los Hijos de Cafh, excepción hecha de los Ordenados, no llevan otros hábitos que trajes apropiados. Los Ordenados usan trajes de etiqueta y capa.
Las festividades son oportunidades especiales en las que Cafh brinda a los Hijos una mayor fuerza espiritual, que proporciona un aumento de fervor, una mayor confraternización y momentos de expansión. Coinciden, generalmente, con determinados aspectos planetarios que facilitan una magnetización mayor. Por otra parte, en cada fiesta se realiza una ceremonia característica y las ceremonias son modos de distribuir la Corriente entre los Hijos.
Cada festividad tiene su significado simbólico. Así la festividad del día veintiocho de la luna de febrero simboliza la apertura del Libro de la Madre. Los Hijos se reintegran a los estudios y a la búsqueda del conocimiento unitivo. La fecha es propicia para ello, ya que la posición de los planetas con respecto a la tierra produce una irradiación favorable a la actividad mental.
La festividad de plenilunio de mayo es la festividad del espíritu. Las grandes y pequeñas almas, anhelosas de perfección, que viven para la Gran Obra, se estimulan mutuamente en esa oportunidad con reuniones de plática y sana alegría. Los Mensajes de los Maestros, los ágapes colectivos y la reunión conjunta de todos los Hijos, impulsan a éstos a una labor más intensa y a un mayor celo espiritual.
La festividad del Caballero Iniciado tiene asimismo un simbolismo marcado. Induce a los Hijos a la admiración del Hombre Liberado, estado que constituye la meta de sus aspiraciones. Simboliza éste al perfecto Caballero, al excelso hombre. La fiesta se dedica al Caballero Gran Maestre, por representar éste para los Hijos, la autoridad espiritual suprema sobre la tierra.
La festividad de fin de curso prepara al Hijo para las vacaciones. Pruebas y tentaciones aparecen cuando el libro de la vida cierra por un tiempo sus tapas. Cafh prepara entonces, con una festividad espiritual y la ceremonia consiguiente, las fuerzas del Hijo para la lucha.
Atributos, hábitos y festividades, son otros tantos medios mentales y energéticos por los que Cafh derrama su fuerza y espiritualidad en las almas de sus Hijos.