Curso VII - Enseñanza 11: La Salud del Cuerpo
El hombre sufre durante el transcurso de su vida varias enfermedades en su organismo, agravadas por complejos mentales de toda índole que repercuten sobre la faz psíquica y quiebran los nervios.
Mantenerse sano de cuerpo es un requisito indispensable para emprender el camino espiritual y la salud no se logra sólo con remedios, previsiones e higiene, sino por la armonía de los diversos valores del hombre con su espíritu.
La pureza y la rectitud del alma son en realidad la fuente de todo bien mental y físico y cuando no hay pureza en el alma, el ser pierde toda espontaneidad y arruina las funciones de su organismo.
El alma ha de esforzarse continuamente para recuperar su pureza originaria y natural fuente del verdadero bienestar. Es indispensable que los diversos aspectos mentales actúen siempre conjunta y armónicamente sin una presión excesiva ni predominante como ocurre la mayoría de las veces, sea de los valores físicos o de los valores anímicos.
El deporte bien practicado y con mesura, ayuda a ordenar y a disciplinar el instinto y el deseo; el estudio metódico de la ciencia rinde a la razón flexible y ordena los centros nerviosos y la oración es la luz del espíritu que hace posible la sincronización de estos diversos valores intrínsecos y extrínsecos, sobrenaturales y naturales.
Mantenerse sanos de cuerpo y alma es un requisito indispensable para la senda del Buen Camino.